¿Cuál es la situación social, medioambiental y de empleo en las zonas rurales de Europa?
La elaboración de una estrategia local de desarrollo debe ser el fruto de un modelo ascendente y participativo que asocie los poderes públicos de todas las administraciones, los actores privados empresas, las asociaciones, y la ciudadanía, incluyendo a los nuevos vecinos de origen inmigrante, en igualdad de género y sin discriminaciones. ¿Es posible lograr una concertación entre los diversos niveles del poder público y administrativo, mediante sistemas cruzados de coordinación, en los que se respete las demandas y obligaciones de cada nivel?
La primera mesa redonda da cuenta de la situación general europea, introduciendo también la potencialidad de progreso que tendría un Libro Blanco europeo sobre Ruralidad para alcanzar una sociedad rural inclusiva.
Junto a esta visión general europea, se presentan los casos de BÉLGICA, RUMANIA, ITALIA y PORTUGAL, centrados en tres preguntas clave en cada uno de estos países:
¿Cómo transformar los desafíos demográficos en las zonas rurales en oportunidades para la inclusión social?
Los desafíos demográficos serían la despoblación, los procesos de envejecimiento, la masculinización, la baja densidad de los núcleos poblacionales, y los cambios en los flujos migratorios. ¿Qué consecuencias tienen estos para la situación de pobreza y exclusión de las áreas rurales?
¿Qué ofrecen la recuperación económica y del empleo para las personas en pobreza que viven en las zonas rurales?
Las formas productivas tradicionales parecen agotadas a nivel medioambiental y de rendimiento económico. La economía circular (reciclaje, recuperación, re-utilización…) y el acceso a Internet son dos datos con potencial para que las surjan nuevas y más empresas dentro de la economía social, capaces de añadir valor a los productos locales. Las nuevas tecnologías tienen un papel importante en la movilización del potencial rural, ya que permiten superar ciertos problemas ligados a la localización. No obstante, para conseguir este objetivo de “territorio inteligente”, es necesario que los territorios rurales se equipen de infraestructuras adecuadas y de plataformas inteligentes como lo están los territorios urbanos ¿Cómo aprovechar estas oportunidades para mejorar la ocupación, frenar la despoblación juvenil, consolidar y aumentar el capital social en el medio rural, mejorar el bienestar de la población, con igualdad de género y no discriminación? Concretamente, ¿qué papel podrían jugar las mujeres emprendedoras en el medio rural?
¿Cómo pasar de la desprotección social a la inversión para alcanzar sociedades inclusivas, como un motor de las zonas rurales?
La dispersión de los centros de servicios comunitarios y la calidad de los servicios provistos es uno de los aspectos más destacados del aislamiento de las poblaciones rurales. Parece que estos problemas se han agravado con la crisis económica que se produjo desde 2008, con los recortes en el gasto público en políticas sanitarias, educativas, sociales y el crecimiento generalizado del desempleo, especialmente en España y otros países mediterráneos. Todo ello habría generado un crecimiento de la pobreza de la población rural, tanto en términos absolutos, como en términos relativos, por comparación con las zonas urbanas, al menos en determinados aspectos. ¿Cómo evitar que la degradación de los servicios de las zonas rurales, especialmente los de salud, educación, movilidad y seguridad continúen suscitando inquietud y sentimiento de abandono entre sus habitantes, conllevando el riesgo de movilización contra el proyecto europeo? ¿Cuáles serían los instrumentos más eficaces?
¿Es posible revertir la crisis medioambiental y beneficiar a las poblaciones rurales, incorporando a las personas en situaciones de pobreza y exclusión que residen en ellas?
El cambio climático se suele enfocar en el aumento del nivel de los océanos, pero en muchas zonas rurales se están provocando procesos acelerados de pérdida de biodiversidad, de agotamiento de recursos naturales, desertización, riesgos de inundación y de erosión, que originan una difícil variabilidad creciente de la producción agraria, sometida a sequías más intensas y frecuentes. Además, están los efectos desequilibrados del cambio climático desde el punto de vista social y territorial, con impactos sociales y económicos considerables. También existe un riesgo de mayores migraciones por razones climáticas, que se amplían sin perspectivas de atenuarse y sin que haya inversiones a nivel mundial, ni cooperación a nivel territorial, a la altura de los desafíos que tienen que acometerse.
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