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19/02/2024 | EAPN - Actualidad
Del 17 al 23 de febrero se celebra la Semana Europea de la Pobreza Energética, una conmemoración que busca poner sobre la mesa la problemática de la pobreza energética en Europa y la responsabilidad que tienen las instituciones europeas, nacionales, regionales y locales a la hora de abordar políticas públicas en esta materia.
Según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), se considera que un hogar se encuentra en situación de pobreza energética cuando es incapaz de pagar una cantidad de servicios de la energía suficientes para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda.
La renta familiar, los precios de la energía y la eficiencia energética de la vivienda son los factores que determinan, a nivel hogar, la situación de pobreza energética. Tal y como señalan desde ACA, estos componentes permiten comprender cómo surge esta problemática y proporcionan puntos de entrada para la definición de políticas públicas encaminadas a hacer frente a esta problemática.
En España, la pobreza energética se ha convertido en un problema estructural que se agrava cada año. Según el XIII Informe sobre el Estado de la Pobreza de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), la pobreza energética en España ha aumentado un 138 % desde 2008, afectando en 2022 (último dato disponible) al 17,1 % de la población, que no consiguió mantener su vivienda a una temperatura a adecuada.
Es importante señalar que los hogares en situación de pobreza y exclusión social suelen sufrir una mayor ineficiencia energética, debido a un déficit en el aislamiento, problemas de infravivienda e insalubridad, y uso de instalaciones y electrodomésticos poco eficientes. Así lo revela el estudio de EAPN-ES: casi 1 de cada 3 personas en riesgo de pobreza no puede mantener su hogar a una temperatura adecuada.
Aunque el concepto de pobreza energética se relaciona habitualmente al consumo de energía para calefacción, es necesario que se tenga en cuenta también la incapacidad para mantener la vivienda a una temperatura adecuada en verano, más urgente aún en el contexto de emergencia climática actual.
LA SITUACIÓN EN EUROPA
El próximo mes de junio se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo. En este contexto, es imprescindible recordar la necesaria aprobación y el cumplimiento de nuevas políticas que aborden la pobreza energética a largo plazo y garanticen la sostenibilidad.
No podemos olvidar que, según Eurostat, el 9,3 % de hogares europeos no pudo mantener su vivienda suficientemente caliente en 2022, con oscilaciones que evidencian una gran desigualdad entre países, desde el 1,4 % en Finlandia, el 2,1 % en Luxemburgo y el 2,6 % en Eslovenia hasta el 18,7 % en Grecia, el 19,2 % en Chipre y el 22,5 % en Bulgaria.
La pobreza energética es una problemática que EAPN-ES ha abordado con especial atención en los últimos años a través de diferentes acciones. Entre ellas destacan los talleres 'Claves para el ahorro y la eficiencia energética en hogares vulnerables', que la entidad organiza anualmente con Endesa y ACA por diferentes territorios del Estado. En la edición de 2024, están previstas 22 formaciones, incluidas las dos online enmarcadas en la Semana Europea de la Pobreza Energética, los días 21 y 22 de febrero en Aragón y en las Illes Balears, respectivamente.
Es importante recordar que acabar con la pobreza en todas sus expresiones es una decisión política y una cuestión de derechos, como vienen demostrando las investigaciones de la Red. Así, en el XIII Informe se analizó también el papel que tienen las Administraciones del Estado en el sostenimiento de la calidad de vida de las personas.
Según los datos, sin políticas de protección social ni pensiones públicas, el número de personas en situación de pobreza se duplicaría, llegando a afectar a casi la mitad de la población. Esto se suma a lo publicado en el XII Informe, donde se reveló que las medidas comprendidas en el llamado ‘Escudo Social’ evitaron que un millón y medio de personas cayese en situación de pobreza o exclusión en 2021.
En este sentido, queremos recordar algunas medidas que consideramos imprescindibles para garantizar el acceso a los suministros básicos de los hogares en situación de vulnerabilidad, entre ellas impulsar un Bono social energético que contemple tarifas sociales para diferentes suministros, incluido el agua potable, aliviar la excesiva carga burocrática desincentivadora, simplificando al máximo la información disponible y su tramitación para eliminar barreras de acceso, y revisar los umbrales de renta establecidos para la obtención del Bono, valorando utilizar el salario mínimo interprofesional en lugar del IPREM.
Por último, recordar que, en un contexto de crisis ecológica cuyos resultados derivan en condiciones climáticas extremas, se hace necesaria una transición ecológica que tenga en cuenta la realidad de las personas y familias en situación de pobreza y/o exclusión. Las familias y las personas más vulnerables son las primeras en sufrir las consecuencias de las catástrofes naturales, de los cambios bruscos de temperatura o de subidas de la energía por cualquier motivo, sin poder hacer frente al pago de suministros.