El Seminario Estatal de EAPN se centrará este año en el desafío del empleo, particularmente para las personas más vulnerables, atendiendo al impacto de las transformaciones sociales y tecnológicas.
El mercado de trabajo está en una constante trasformación, actualmente los retos a los que nos enfrentamos desde la sociedad en general y en nuestro caso desde el Tercer Sector son: los cambios tecnológicos que llevan a una mayor automatización de los procesos laborales, la flexibilización del mercado de trabajo y la globalización que lleva a una descentralización productiva con la consiguiente deslocalización de actividad y la extensión de la subcontratación. A estos cambios se les añade el agravante de la crisis económica que lleva afectando y endureciendo las condiciones de vida de toda la sociedad y especialmente de las personas en situación de exclusión. A nivel político los intentos por incentivar el empleo a través de las diferentes reformas laborales, no han hecho sino empeorar la situación de los más vulnerables. Sin olvidar que estos procesos tienen un impacto nocivo para el medio ambiente y también producen retrocesos en la cuestión de género.
Destacamos en estos puntos la repercusión directa que tienen las mencionadas transformaciones en las personas más vulnerables.
Según el informe Adecco 2016 la automatización destruirá gran parte de los empleos menos cualificados en la misma medida que creará un nuevo tipo de empleos, el problema con el que nos encontramos es que estos nuevos empleos orientados a las competencias y requerirán de los trabajadores una gran versatilidad y capacidad para el cambio, así como a su vez una gran especialización y vinculación subjetiva con el puesto de trabajo. Esto podría no resultar problemático cómo muchas otras transformaciones que se han producido, pero en este caso para las personas en situación de vulnerabilidad sí que lo es. Debido a su baja cualificación, a su desconexión con el nuevo mercado laboral y a la ausencia de correspondencia entre las habilidades que pueden ofrecer y las nuevas competencias demandadas podrían quedar nuevamente excluidos a no ser que apliquen políticas integrales que combinen la inserción laboral con la protección social.
Todos estos cambios, unidos a la realidad de que no hay trabajo suficiente para todos, nos plantea al Tercer Sector el reto de reinventar el acompañamiento y las salidas laborales y vitales de las personas vulnerables. Tenemos que buscar métodos para paliar las consecuencias vitales y emocionales de las situaciones de largo desempleo, la frustración y culpa del rechazo, mantener la motivación de las personas ante las dificultades de encontrar empleo. Unido a todo esto como Tercer Sector debemos luchar por una garantía de rentas independiente del empleo y que garantice una vida digna a todas las personas.
Por esta razón, de manera transversal, en este seminario reflexionaremos sobre el papel del Tercer Sector y las acciones a realizar para que se desarrollen las políticas sociales y las medidas oportunas para mejorar la calidad de vida de las personas con o sin empleo.
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